Rutas y Aventura 4X4
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Aventura en Mineral del Chico

07 de septiembre de 2024

En el punto de reunión la mañana era nublada, el contingente animoso se reunía, revisaba equipo, provisiones y los últimos detalles para partir a la gran aventura que nos esperaba en ese sábado.


Así comenzó nuestro recorrido entre caminos, veredas y senderos donde las sorpresas nos mantenían sorprendidos y con ganas de descubrir paisajes impresionantes y desafiantes de la región: las Peñas de Los Frailes y Las Monjas.


Hidalgo es una tierra de contrastes geológicos. Estas montañas son parte de la Sierra Madre Oriental, una formación que surgió hace millones de años debido a la actividad tectónica. Lo interesante de nuestro recorrido es que pasamos por rocas volcánicas, calizas y formaciones sedimentarias, lo que hace que el terreno sea muy variado y perfecto para el 4x4.


Con el primer tramo marcado, los vehículos comenzaron su travesía hacia el norte, ascendiendo hacia terrenos más accidentados. La primera parada del día: las Peñas de Los Frailes, un conjunto de formaciones rocosas que emergen abruptamente del suelo, como si gigantes las hubieran dejado caer desde el cielo.


Estas formaciones, compuestas principalmente de roca volcánica, son el resultado de la actividad geológica que moldeó la región hace millones de años. Aquí aprovechamos para ver él paisaje hacia los valles desde las alturas, en momentos las nubes permitían ver las peñas o caía una leve brizna de lluvia.


Los antiguos habitantes de la región, los otomíes, consideraban estas peñas sagradas. Creían que los espíritus de sus ancestros vivían en las rocas, y que estos lugares eran portales hacia el inframundo.


Con las Peñas de Los Frailes conquistadas, la caravana siguió su camino, adentrándose en un denso bosque de pino y encino, característico de la Sierra de Pachuca. Aquí, el terreno se volvía más boscoso y húmedo, exigiendo mayor control de los vehículos para evitar derrapes en las áreas fangosas. Las raíces expuestas y las rocas sueltas pusieron a prueba la destreza de los conductores, quienes maniobraban con cuidado para no quedar atascados.


Tras admirar varias cañadas donde hicimos diversos cruces de ríos, vimos bellas cascadas y presas, llegamos a nuestro primer obstáculo; las lluvias de la semana habían provocado un derrumbe que obstruía el paso de la caravana. Tras un análisis de la situación y seguridad, el contingente procedió a planear y retirar las rocas que bloqueaban el paso y continuamos alegres el trayecto.


No por mucho tiempo, ya que, pasando un camino comprometido entre las rocas y la barranca, un árbol se había desplomado y cruzaba nuestro camino; con la misma actitud y energía, todos los participantes se unieron para liberar este tramo de la ruta y seguimos adelante, en espera de más aventura todo terreno.


La región que hoy comprende Mineral del Chico estaba habitada por pueblos indígenas, principalmente los otomíes, una civilización de agricultores, cazadores y recolectores que habitaron las montañas y los valles de la actual Sierra de Pachuca. Aunque no se ha documentado extensamente una gran presencia minera prehispánica en la zona de Mineral del Chico, se sabe que los pueblos indígenas ya utilizaban algunos metales, como el cobre y el oro, aunque a pequeña escala.


La región tenía una importancia estratégica, ya que los otomíes defendían sus territorios de otras culturas más dominantes como los mexicas. De hecho, durante el periodo de expansión del Imperio Mexica (Azteca), los otomíes se resistieron a la conquista, aunque eventualmente fueron sometidos por los ejércitos de Tenochtitlán. La verdadera transformación de la región de Mineral del Chico ocurrió con la llegada de los españoles en el siglo XVI. Los conquistadores, atraídos por las riquezas minerales de la Nueva España, comenzaron a explorar las montañas de Hidalgo en busca de metales preciosos, principalmente plata y oro. Fue en este contexto que sé fundó Mineral del Chico como un pueblo minero alrededor de 1565.


La minería se convirtió en la principal actividad económica de la región. Los españoles utilizaron mano de obra indígena para extraer minerales de las montañas. Con él tiempo, los métodos de extracción mejoraron, y se construyeron haciendas de beneficio donde se procesaban los minerales. La proximidad de Mineral del Chico con otros importantes centros mineros como Real del Monte y Pachuca facilitó él transporte de los minerales, que se llevaban en mulas hacia la Ciudad de México y otros puntos de la Nueva España.


El trabajo en las minas era extremadamente duro, y los pueblos indígenas fueron obligados a trabajar en condiciones difíciles. Con el tiempo, llegaron también esclavos africanos y otros grupos de trabajadores forzados para complementar la mano de obra indígena.


Una de las innovaciones más importantes introducidas por los españoles fue él proceso de patio, que utilizaba mercurio para separar la plata del mineral. Este método permitió aumentar la producción de plata, lo que convirtió a la región en uno de los principales productores de este metal durante la época colonial. Los minerales extraídos en Mineral del Chico se beneficiaban principalmente en Real del Monte y Pachuca, que se convirtieron en ciudades mineras de gran importancia.

La riqueza que generó la minería en la región también dio lugar a la construcción de iglesias y otras edificaciones coloniales. El templo de la Purísima Concepción, en él centro de Mineral del Chico, es uno de los vestigios arquitectónicos de esta época, construido para atender las necesidades espirituales de la comunidad minera.


Al frente de la caravana se miraba parte de la mina que nos marcaba el inicio del tramo de zanjas con arcilla que nos esperaba bajo una llovizna que se intensificaba.


Aquí los pasos se complicaban por lo resbaladizo del terreno, pendiente y profundidad de las zanjas, más de uno requirió apoyo de su equipo de rescate y ayuda por parte de todos los participantes, mostrando que con técnica y motivación no hay obstáculo imposible.


Invaluable la ayuda que nos dio un jeep clásico para jalar a quienes se llegaban a atorar en alguna zanja o estaban en riesgo de voltear. En esta sección de la ruta la adrenalina se fue al tope con todo el ánimo al máximo.


Al superar esta etapa, continuamos hacia el Rocabosque para ya casi de noche llegar a Mineral del Chico.


Aquí dimos por terminada la aventura, una de las más intensas y variadas que nos han tocado vivir y compartir.


Con cascadas, valles, pasos técnicos, cañadas, esta ruta nos dejó sorprendidos y con ganas de regresar.


¿Te gustaría participar en esta alguna de nuestras rutas? Acércate a nuestras redes o contactos para saber fechas y próximos destinos. Mucha suerte.


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