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30 de noviembre y 01 de diciembre de 2024
¡Qué aventura más emocionante! El sábado por la mañana, nuestro grupo de entusiastas del 4x4 se reunió en la base del volcán Iztaccihuatl, listos para enfrentar el desafío de ascender por sus empinadas laderas. El volcán, con sus 5.286 metros de altura, es el tercer pico más alto de México y una de las montañas más emblemáticas del país. La fauna del Iztaccihuatl es variada e incluye especies como el águila real, el halcón peregrino y el zorro gris. La flora es igual de diversa, con especies como el pino, el encino y el abeto; rescatando su vocación de parque nacional con lo cual podemos disfrutar de destinos ecoturísticos y santuarios de luciérnagas a lo largo del volcán.
Nuestra ruta comenzó en la parte oeste del volcán, a una altitud de 2.400 metros, y ascendimos lentamente por un camino de tierra que nos llevó a través de bosques de pinos y oyameles. A medida que ganábamos altitud, el paisaje cambió y nos encontramos rodeados de árboles de encino y abeto. Con un clima muy favorable para nuestra aventura, nos preparamos con el ajuste de neumáticos y revisión de equipo de autorrescate, el cual era necesario para algunos tramos de nuestro camino.
La primera prueba para nuestros vehículos llegó cuando nos encontramos con un tramo de camino muy empinado y lodoso, que requería habilidad y paciencia para superar. Pero nuestros 4x4 estaban preparados para el desafío, y con la ayuda de la tracción en las cuatro ruedas, logramos superar el obstáculo sin problemas.
A medida que ascendíamos, el paisaje se volvió más impresionante. La vista del valle de México se extendía a nuestros pies, y en la distancia, se podía ver la cabeza nevada del volcán que nos daba la bienvenida con una maravillosa vista. La temperatura disminuyó hacia el mediodía, pero no el entusiasmo y emoción en la caravana todoterreno; pilotos, copilotos, amigos y familiares todos estábamos a la expectativa de disfrutar las sorpresas de esta ruta de montaña.
El volcán Iztaccihuatl es un lugar sagrado para los indígenas del valle de México, y su nombre proviene del náhuatl y significa “mujer dormida”. Según la leyenda, el volcán fue creado por los dioses para honrar a una princesa que murió de amor. La forma del volcán se asemeja a una mujer acostada, y su cima está cubierta de nieve y hielo.
Después de varias horas de conducción, llegamos a la cascada Congelada, un hermoso salto de agua que se forma por la fusión de la nieve en la cima del volcán. El agua helada y cristalina formaba una linda cortina de más de 30 mts. De alto que al caer se dispersaba en una bruma de gotas y chorros de agua sobre las rocas de la base; donde varios participantes aprovecharon para tomarse fotos, relajarse y disfrutar la aventura que pocos pueden llegar a vivir a estas alturas del volcán.
Después de disfrutar de esta parada, continuamos nuestra ruta hasta llegar a un llano rodeado de árboles cerca de la laguna de Nahualac. Allí establecimos nuestro campamento, aprovechando para armar casas de campaña, preparar alimentos mientras pasamos la tarde relajándonos y disfrutando del entorno natural.
Por la noche, nos reunimos alrededor de una fogata y compartimos historias y anécdotas de nuestras aventuras anteriores. La temperatura descendió notablemente, y el cielo estrellado se reflejaba en el agua de la laguna. Fue un momento mágico, rodeados de la naturaleza y lejos de la civilización, tras el cual nos fuimos a descansar para prepararnos para el siguiente día.
La mañana del domingo, nos despertamos con fuertes ráfagas de viento de montaña que sacudían nuestras tiendas. Después de desayunar, levantamos el campamento y comenzamos nuestro descenso por el volcán. El camino de regreso fue igual de desafiante que el ascenso, con tramos muy lodosos y empinados que requerían toda nuestra habilidad y concentración.
A medida que descendíamos, el paisaje cambió nuevamente, y nos encontramos rodeados de bosques de encino y pino. La temperatura se mantuvo fresca toda la mañana, con una neblina que se hacía espesa en algunos momentos. Finalmente, llegamos a las primeras poblaciones rurales donde nos despedimos y tomamos rumbo a nuestros distintos destinos particulares, alegres y satisfechos después de una aventura inolvidable.
En resumen, nuestra aventura en el volcán Iztaccihuatl fue un desafío emocionante que nos permitió disfrutar de la naturaleza en todo su esplendor. La combinación de paisajes impresionantes, desafíos en el camino y la camaradería del grupo hizo que esta fuera una experiencia inolvidable.
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