15 de marzo de 2025
Por J.H. Vega
El sol abrasador nos recibió en Aculco, Estado de México, listos para enfrentar una de las rutas más técnicas y desafiantes de la región: Zanjas Ñadó. Este trayecto, conocido por sus profundas zanjas de tierra fina y suelta, es un campo de pruebas ideal para los amantes del todoterreno. En una caravana de amigos, pilotos experimentados y sus acompañantes, con motores rugiendo y neumáticos preparados, nos adentramos en la ruta en busca de aventura y destreza al volante.
El convoy avanzó con emoción hasta el primer gran obstáculo: una zanja profunda que exigía una maniobra precisa. La clave aquí es la elección de la línea de paso; un ángulo incorrecto y el vehículo puede quedar atrapado con una o dos llantas en el aire, obligando a usar winches o eslingas de recuperación. La técnica recomendada es abordar la zanja centrada, permitiendo que las llantas mantengan tracción y horizontalidad en todo momento. La tracción 4x4 es esencial, junto con ajustes en la presión de los neumáticos para mejorar el agarre sobre la tierra suelta.
Uno a uno, los vehículos fueron enfrentando las zanjas; que en esta ruta son retos técnicos constantes a superar. Los espectadores contuvieron la respiración, algunos lograban cruzar con elegancia, otros sentían el peso de la gravedad levantando sus ruedas delanteras en el aire. La emoción y el compañerismo se hicieron presentes con cada vehículo que lograba superar el obstáculo con éxito.
Después de sortear las zanjas, continuamos la ruta hacia la Peña de Ñadó, un imponente mirador natural ubicado a más de 2,900 metros sobre el nivel del mar. La subida exigía habilidad, con pendientes pronunciadas y suelo rocoso que probaban la potencia de los motores y la pericia de los conductores. La geología del lugar es fascinante: antiguas formaciones de basalto y piedra volcánica que cuentan la historia de la actividad tectónica que dio forma a esta región.
El clima caluroso hacía del ascenso un reto adicional, que era más confortable entre más ascendíamos y los árboles nos cubrían con su sombra; pero al llegar a la cima, la recompensa fue invaluable. Desde la cima de la Peña de Ñadó, el paisaje se extendía hasta el horizonte, con vistas panorámicas de la Sierra de Aculco y sus valles. Aprovechamos el momento para compartir alimentos y recuperar energía, mientras las cámaras capturaban la inmensidad del lugar.
Aculco, reconocido como Pueblo Mágico, es un lugar con historia. Su nombre en náhuatl significa "Lugar donde tuerce el agua" en referencia a sus cascadas y ríos. En la época colonial, fue un punto clave en el Camino Real de Tierra Adentro y escenario de batallas durante la Independencia de México. Su clima templado-seco y su suelo volcánico han permitido que la región sea un punto agrícola importante, además de ofrecer espectaculares rutas de aventura.
Con la satisfacción de haber conquistado Zanjas Ñadó y haber compartido un día de desafíos y camaradería, descendimos en caravana de la Peña de Ñadó. Antes de finalizar, hicimos una última parada para inflar neumáticos y revisar niveles mecánicos para tomar caminos distintos hacia nuestros destinos finales.
Este recorrido fue un recordatorio del espíritu del todoterreno: la mezcla perfecta de desafío técnico, respeto por la naturaleza e inquebrantable trabajo en equipo. ¡Nos vemos en la próxima aventura!
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